miércoles, 26 de septiembre de 2012

High Desert Heart Institute

¡EXISTEN 200.000 ESTUDIOS CIENTÍFICOS SOBRE LOS BENEFICIOS DE LA L-ARGININA, PERO PROARGI 9 PLUS ES EL ÚNICO PRODUCTO BASADO EN L-ARGININA QUE CUENTA CON ESTUDIOS CIENTÍFICOS PROPOPIOS!


El HighDesert Heart Institute se encuentra en Victorville, California y es el epicentro de un estudio de enfermedades del corazón revolucionario. Los datos recogidos siguen prestando apoyo a las tendencias observadas en el estudio, a continuación, las convicciones del Dr. J. Joseph Prendergast y el Dr. Louis Ignarro, que la enfermedad cardíaca se puede prevenir y revertir mediante un protocolo adecuado de óxido de L-Arginina y nítrico, se mejorase aún más.
Las pruebas del “HIGH DESERT HEART INSTITUTE” (HDHI)

El “HIGH DESERT HEART INSTITUTE” es una institución cardiovascular de Primera Categoría con la tecnología más avanzada, para pacientes que sufren de problemas que amenazan su vida.

En el año 2009 el HDHI condujo un estudio en 90 días en 35 pacientes que sufrían fallo cardiaco congestivo y estaban en cuidados intensivos. Los pacientes seleccionados para este estudio habían alcanzado su máximo en el tratamiento farmacológico y médico, sin un trasplante no hubieran sobrevivido más de dos meses.

Cada paciente recibió 4 cucharadas de ProArgi-9 plus por día durante 90 días. Cada cucharada de ProArgi-9 Plus contiene 5 gramos (5gr en Estados Unidos, pero en Europa siguiendo la normativa, contiene 3,25 gr) de calidad farmacéutica L-Arginina, así como varios otros ingredientes que apoyan la producción de óxido nítrico y la salud cardíaca.
Pruebas extensas registraron más de 7.000 puntos de información: los resultados sorprendieron a los doctores, extendiendo el estudio a 180 días los pacientes continuaron mejorando.

El estudio llegó a la conclusión en julio de 2009, con 33 pacientes. Un paciente se retiró debido a que recibieron un nuevo corazón. El otro paciente se retiró debido a que no fueron capaces de seguir cumpliendo con los protocolos del estudio.

De los 35 pacientes que completaron el tratamiento, todos mejoraron considerablemente en múltiples sitemas, cardiovascular, pulmonar, renal, hepático. Un año después todos los pacientes seguían mejorando. Algunas de las pruebas utilizadas para generar estos datos fueron:
  • Paneles completos de sangre, incluyendo lípidos en ayunas y electrolitos.
  • Paneles completos de orina.
  • Ecocardiografía.
  • 2 formas de análisis de la onda de pulso.
  • C-Los niveles de PCR.
  • Los niveles de vitamina D3.
  • Índice tobillo-brazo pruebas (con doppler de ultra sonido).
  • CT Scan del corazón.

El Dr. Silva “No podíamos hacer nada más, se había intentado todo con estos pacientes. Tras el estudio todos los pacientes mostraron unja mejoría tremenda en muchos puntos, muchos datos objetivos que sólo pueden atribuirse a ProArgi-9”.

El Dr. Silva también hizo el siguiente comentario significativo “… pero lo que acabamos de ver es la notable remodelación positiva del corazón, cambios positivos en la arteria pulmonar, alteraciones vasculares pulmonares en términos de las presiones pulmonares, cambios en las dimensiones cardíacas, los cambios en la función del corazón…”

Debido al éxito de este estudio, el HíghDesert Heart Institute ha implementado formalmente un protocolo de L-Arginina con el ProArgi-9 Plus como parte de su nivel habitual de atención para todos los pacientes.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Alcalinidad: llave de la salud

Inicialmente conviene explicar lo que significa acidez y alcalinidad. Estos dos términos responden a la forma de clasificar la reacción de cualquier elemento. El grado de acidez o alcalinidad se mide a través de una escala llamada pH (potencial de hidrógeno) que va de 0 (extremo ácido) a 14 (extremo alcalino), ubicándose en el centro (7) el valor neutro. O sea que entre 0 y 7 tenemos los valores de acidez, y de 7 a 14 los de alcalinidad.

Veamos a grandes rasgos como funciona el mecanismo de acidez y alcalina en el organismo.  Los 60 trillones de células que componen nuestro organismo, necesitan alimentarse, eliminar residuos y renovarse constantemente. En este sentido, la sangre cumple dos funciones vitales: llevar todas las células los materiales nutritivos que necesitan y retirar de ellas los residuos tóxicos y ácidos que se producen como resultado de la transformación de dichos nutrientes (metabolismo). Merced al proceso de respiración celular, las células reciben parte del oxígeno que necesitan para sus procesos vitales.

A nivel celular se produce una especie de combustión interna, ya que se libera calor corporal. Los residuos que se originan en este proceso de combustión, son de naturaleza ácida y deben ser evacuados del organismo a través de las vías naturales de eliminación (riñones, intestino piel y pulmones).

Para cumplir adecuadamente esta tarea la sangre debe mantener un ligero nivel de alcalinidad. En una persona sana el pH de la sangre la linfa, el líquido cefalorraquídeo, etc) se ubica entre 7,40 y 7,45. Cuando se incrementa el nivel de acidez, debido a ciertos mecanismos de autorregulación, la sangre logra conservar este vital equilibrio. Lo hace a través del aporte de bases (álcalis) que neutralizan los ácidos. Por ello, para obtener un sano metabolismo celular, es preciso que junto al oxigeno, la sangre tenga un constante flujo de sustancias de naturaleza alcalina, a fin de poder neutralizar los ácidos.

En primera instancia la sangre obtiene estas bases de los alimentos. En caso de ulterior necesidad –sea por exceso de ácidos o por carencias nutricionales de bases- puede recurrir a la reserva alcalina de huesos, dientes, tejidos. De este modo la sangre se convierte en un “ladrón” de la estructura orgánica, con el solo objetivo de restablecer el vital equilibrio ácido-básico. Así se pone en marcha el mecanismo de descalcificación y desmineralización.
De esto se desprende que debemos ser cuidadosos en el aporte de alcalinizantes que realizamos a nuestro cuerpo a través de los alimentos que ingerimos, tratando de evitar alimentos y situaciones acidificantes.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

El 80 por ciento de los pacientes con insuficiencia cardiaca sobreviven un año después de un trasplante de corazón, según explicaron en Junio de 2012 los expertos de la IX Reunión de la Sección de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) que se celebra en Valencia.

En la actualidad, hay 500.000 personas en España que padecen insuficiencia cardiaca, de las cuales un uno por ciento “no puede controlar su enfermedad con fármacos y deberían ser trasplantados”, explican desde la sociedad científica. Sin embargo, sólo se puede realizar este proceso a la mitad de ellos “por falta de órganos”, indican.

De cualquier forma, las personas que sí reciben el trasplante tienen una tasa de éxito “muy elevada”, la cual se sitúa ene l 90 por ciento al mes de la operación, según los resultados de 2011 del Registro Español de Trasplante Cardiaco. La validez de este centro se constata con el dato de que cuenta con información de 6.500 trasplantes realizados en España en los 18 hospitales habilitados para las operaciones cardiacas y los dos para las cardiopulmonares.




EL PERFIL DEL PACIENTE ES UN VARÓN DE 50 AÑOS CON MALA CALIDAD DE VIDA

Para el presidente de la Sección de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de la SEC y director del Registro Español de Trasplante Cardiaco, el doctor Luis Almenar, la supervivencia “ha ido mejorando a medida que se ha mejorado el conocimiento del tratamiento inmunosupresor y el manejo de las complicaciones”. En cuanto al perfil de la persona que espera un donante, ésta es “un varón de unos 50 años con muy mala calidad de vida y con ingresos repetidos por fallo severo del corazón”, indican.

No obstante, durante la reunión científica organizada por la SEC también ocupará un espacio importante el debate sobre la situación actual de las insuficiencias cardiacas. Esta patología por la que “el 50 por ciento de los afectados fallece a los cinco años, todavía no tiene un tratamiento eficaz”, sostienen. Además, el tratamiento de estos pacientes “genera el 2 por ciento del gasto del sistema sanitario”, manifiestan.